Hace 38 años Diego Armando Maradona llegaba a Nápoles. Un amor para toda la vida, así se puede resumir lo que vivieron Maradona y la afición de Nápoles durante siete años.

El 5 de julio de 1984, el equipo napolitano lo presentaba en un colmado estadio San Paolo -que ahora lleva el nombre de Diego Maradona- como su nuevo jugador al futbolista argentino. Diego llegaba ya como estrella, procedente del Barcelona, pero fue allí, en Nápoli, donde su figura se agigantó.

En esa tarde calurosa, el astro argentino -ataviado en una sudadera celeste y con su larga melena- saludó con los brazos en alto a los 80.000 hinchas presentes en el estadio y luego comenzó a hacer malabares con el balón ante un público que de inmediato quedó flechado por su genialidad.

Diego retribuyó con sus jugadas de crack y sus goles cada aplauso de la afición napolitana en siete temporadas en las que mostró su mejor versión y se superó a sí mismo.

Hizo brillar a un equipo que era considerado casi de la Serie B y que se había salvado del descenso milagrosamente por tres temporadas seguidas.

Maradona anotó 115 goles y dio 78 asistencias en 259 partidos jugados, fue el máximo artillero de la liga italiana en 1987 y de la Copa de Italia en 1988.

Argentina y el mundo lo lloran aún, en cada efeméride, con cada recuerdo, pero Nápoles siempre lo tendrá en su corazón, tan es así que con el paso de los años el 5 de julio fue declarado por los hinchas napolitanos como ‘el Día de la lealtad a Maradona’ y su camiseta 10 también fue retirada por el equipo.