A horas de la asunción de Biden, Washington está “militarizada”
19 de enero de 2021
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La organización extremó la seguridad por amenazas de los seguidores de Trump. El futuro ex presidente no irá a la ceremonia y hará una fiesta propia horas antes
Cuando faltan poco más de 24 horas para el final de la aventura de Donald Trump al frente de la Casa Blanca, la situación en Estados Unidos es un reflejo de lo que fueron sus cuatro años de gobierno: desconcierto, protocolos rotos, polarización y una fuerte incertidumbre por lo que puede pasar en su último día.
Por lo pronto las autoridades encargadas del acto de asunción del nuevo mandatario Joe Biden y la vice Kamala Harris llevan adelante un estricto plan de seguridad e instaron a que nadie se acerque a presenciar el recorrido del mandatario, una ceremonia que suele reunir hasta un millón de espectadores que se agolpan a los costados del National Mall, la explanada que va desde el Monumento a Lincoln hasta el Capitolio, donde se hace la ceremonia.
Si bien Biden ya había anunciado que quería hacer una ceremonia sin público para evitar focos de contagio de coronavirus, los incidentes ocurridos hace unas semanas con la irrupción de seguidores de Trump en el congreso norteamericano obligaron a extremar las precauciones. No solo eso, la Guardia Nacional reveló que hay indicios de posibles ataques orquestados por quienes creen –influenciados por el propio Trump- que las elecciones fueron “una farsa”.
Más de 20.000 efectivos de las Guardias nacionales -reservistas del ejército-, patrullan las calles fuertemente armados. Se colocaron cercas con mallas de alambre y bloques de concreto para proteger edificios y monumentos como la Casa Blanca y el Capitolio, o para cerrar ejes viales enteros. En cambio, un “campo de banderas” de casi 200.000 pancartas representará a los ciudadanos que no asistirán.
Hace unos días Trump ya había anunciado que no asistiría al evento, rompiendo una tradición de más de cien años en los que el traspaso de mando se hacía de manera ordenada y consensuada. Esta tarde, en su último día en la Casa Blanca, cumplirá con una vieja tradición norteamericana de otorgar indultos y conmutaciones de penas de prisión como acto final de gobierno.
Trump ya había otorgado indultos a ex socios comerciales, criminales con vínculos familiares o amistosos con la administración, como Charles, el padre de Jared Kushner; celebridades o personas relacionadas con celebridades, y guardias de seguridad de Blackwater que masacraron a civiles iraquíes. Por eso los ojos estáran fijos en los nombres que hoy reciban el perdón. Se espera que sea cerca de cien.
El republicano además anunció que planea realizar un evento de despedida mañana por la mañana en Maryland, cuatro horas antes del acto en Washington. Allí invitará a sus estrechos colaboradores, se espera que pronuncie un discurso de despedida pero no hay ninguna certeza sobre qué esperar. Luego utilizará por última vez el avión presidencial, para volver a su mansión de Florida.