Las políticas de género que implementa el Astillero Río Santiago se presentaron este martes durante un acto en la sede de la planta naval en la localidad bonaerense de Ensenada, donde se conoció el protocolo y al equipo interdisciplinario que trabaja para la prevención y el abordaje de las violencias de género, y un manual para la implementación de la Ley Micaela para todo el personal del lugar, un ambiente tradicionalmente masculinizado.

En una de las calles internas del predio se realizó este jueves el acto encabezado por la ministra de las Mujeres, Políticas de Géneros y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz y Pedro Wasiejko, presidente del Astillero Río Santiago, junto a Andrea Sosa, gerenta de Recursos Humanos y Francisco Banegas, secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Ensenada.

"Quiero reconocer especialmente al Astillero Río Santiago por ser el pionero en la generación de un instrumento propio como es el Manual de Implementación de la Ley Micaela, que es fantástico porque es muy práctico en el trabajo para la erradicación de la violencia y la formación de la perspectiva de género”, destacó la ministra

La Ley Micaela establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que se desempeñan en la función pública, y el nombre conmemora a Micaela García, joven entrerriana de 21 años, militante del Movimiento Evita, que fue asesinada en contexto de femicidio por Sebastián Wagner.

El Manual para aplicar la norma en el astillero fue elaborado "por las y los trabajadores, en un proceso consensuado que nos refleja y nos da herramientas, con casos prácticos y de manera pedagógica" , explicó Sosa.

Se trata de una publicación que, en base a situaciones cotidianas, explica cómo resolverlas respetando derechos.

También se presentó un protocolo para la Prevención y el Abordaje de Situaciones de Violencia de Género en el ámbito del Astillero Río Santiago, y un equipo de abordaje interdisciplinario para actuar ente estos hechos, integrado por profesionales del trabajo social, la abogacía y la psicología.

"Estos instrumentos mejoran las condiciones de trabajo de las mujeres y también de los varones, porque se trata de una mejor calidad de condiciones laborales". resaltó Díaz.

Wasiejko contó que en el astillero "trabajan 3000 personas, y solo el 10 por ciento son mujeres", por lo que consideró que "hay que seguir trabajando para lograr un equilibrio razonable en los espacios de trabajo para que nuestras compañeras estén en el lugar que merecen. Esto va a permitir también lograr una sociedad más justa".

"Queremos mas mujeres de azul", dijo en un momento de su discurso la ministra, en relación a la necesidad de que haya más mujeres y diversidades en la planta naval y que estén en áreas de producción.

Trabajadoras que hacen tareas eléctricas, soldadoras o a cargo de grúas son parte del 10% del personal que viste de azul, la ropa característica del astillero.

En la publicación Mujeres Que Hacen Barcos se recopila la historia de las trabajadoras del lugar.

A su turno, Banegas recordó que la historia de representación de las mujeres nació en el astillero en el año 1999 “cuando elegimos a la delegada de las compañeras de género. Fuimos los primeros en la región y fue un paso muy importante ya que en la fábrica había mucho machismo. Este protocolo fue un proyecto de las compañeras delegadas de género y del Departamento de Género de ATE".

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El Astillero Río Santiago se encuentra en un predio de 39 hectáreas en el que desde hace más de 60 años se desarrollan construcciones navales y metalmecánicas y reparaciones navales.

Actualmente se ve en sus instalaciones cómo evoluciona la construcción del segundo buque productero “Juana Azurduy”.