El canje de deuda bonaerense permitirá ahorrar US$ 4.600 millones entre 2021 y 2027
30 de agosto de 2021
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Tras concluir el viernes pasado el proceso de recepción de ofertas a la propuesta de reestructuración de esos compromisos, la provincia anunció que "el 98% por ciento de todos los acreedores entraron al canje de deuda".
El ministro de Hacienda y Finanzas de la Provincia de Buenos Aires, Pablo López, anunció hoy que “hemos obtenido una adhesión suficiente para canjear prácticamente el 98% de la deuda en moneda extranjera y bajo ley extranjera”, tras concluir el viernes pasado el proceso de recepción de ofertas a la propuesta de reestructuración de esos compromisos, en una conferencia en la que participa el gobernador Axel Kicillof.
“Es un resultado muy positivo que nos permite recuperar las condiciones para tener una deuda sostenible”, remarcó López, para señalar luego que “en las nuevas condiciones vamos a tener un alivio financiero de más de US$ 4.600 millones entre este año y 2027”.
“Eso nos permite tener espacio para realizar las inversiones en infraestructura social que la provincia tanto necesita, y además del alivio de corto y mediano plazo vamos a tener un perfil sostenible en el largo plazo, al reducir considerablemente el costo promedio de la deuda y estirado sus plazos sustancialmente”, añadió el ministro.
López replicó luego a la exgobernadora María Eugenia Vidal y resaltó que “no es lo mismo las monedas o los plazos en que se contraen las deudas: durante la gestión anterior se tomaron deudas por más de 5.000 millones en dólares y en euros, mientras la provincia recauda en pesos”.
El funcionario destacó en ese sentido la carga que recayó sobre las arcas bonaerenses tras las “bruscas devaluaciones” de 2018 y 2019, con lo cual el servicio de la deuda en 2020 hubiera alcanzado al 20% de los recursos provinciales; “US$ 5.500 millones hubiéramos tenido que pagar entre 2020 y 2023”, precisó.
Si bien no había un default de la deuda en pesos, agregó López, el vínculo con el mercado local estaba “roto”, y las últimas emisiones del Gobierno anterior se realizaron a tasas de interés de más del 60% y a plazos de 20 días, lo cual era de “extrema fragilidad.